La nueva normativa sobre evaluación y calificación de la Universidad de Sevilla ofrece a los alumnos la posibilidad de poder acabar su examen a pesar de que el profesor lo pille copiando para que puedan recurrir su suspenso ante una comisión de docencia.
Los profesores afirman que en el 98% de los casos la decisión de expulsión está justificada y es correcta, y que en ese 2% restante se garantiza el derecho del estudiante a que la decisión pueda ser injusta e irreversible.
En el artículo 20 de la Normativa Reguladora de la Evaluación y Calificación de las Asignaturas se aclara que el profesor puede requisar “cualquier objeto material involucrado en una incidencia” sin destruirlo.
Dicho objeto será entregado a una comisión de docencia integrada por tres alumnos y tres profesores que, en igualdad de voto, decidirán si la suspensión es pertinente o no.
En el caso de que el profesor no pueda presentar pruebas concluyentes, al no ser materiales, le será permitido disponer de un alumno que actúe en calidad de testigo.
La única novedad de esta normativa es que el alumno tendrá el derecho de terminar su examen para recurrir su supenso en caso de que lo considere injusto. Pero no habrá ningún cambio en caso de que el profesor le sorprenda con una “chuleta”, es decir, si el caso está muy claro, se le suspenderá automáticamente.
Lara Monrosi, la portavoz del Consejo de Alumnos de la universidad de Sevilla (CADUS), ha opinado que “no está de más que un asunto tan delicado pueda estudiarse en una comisión de docencia”y, ha declarado que “después de todo, el profesor se puede equivocar”.
Leticia y Rubí
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