En la sociedad española actual se va incrementando el número de personas mayores, siendo este sector poblacional más grande también debido a que crece la esperanza media de vida.
Sin embargo, el que vivamos más años no asocia un buen estado de salud, sino que se va produciendo un deterioro psíquico y social, pero sobre todo físico.
La persona mayor pierde masa muscular y fuerza, se altera la coordinación y el equilibrio, la destreza en los movimientos, la marcha, etc. (1, 2).
Además, el envejecimiento arrastra un conjunto de patologías tales como la artrosis, artritis reumatoide, osteoporosis, etc., sin olvidar las lesiones que con más frecuencia se producen en las personas mayores, como las fracturas de cadera o los accidentes cerebrovasculares (3, 4).
Patricia y Juanfra
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